“En la vida todos tenemos un secreto inconfesable, un arrepentimiento irreversible, un sueño inalcanzable y un amor inolvidable.” (Diego Marchi)
Leyendo la última entrada de una fabulosa bloguera vecina, encontraba entre las opiniones de los comentaristas la siguiente frase:
Todos tenemos tres vidas: la pública, la privada y la secreta. Y yo creo que es bastante cierto que todos de una u otra manera creemos tenerlas o por lo menos bastante aproximado a la realidad. Y me ha hecho divagar hacia esa fascinante palabra “SECRETO”.
La palabra secreto deriva del latín
secretus y significa “apartado, escondido, oculto”. Oye y porqué narices pasa que cuando lees estos tres sinónimos de secreto, percibes connotaciones negativas?, que digo yo, que es algo totalmente injusto, porque veréis, desde mi punto de vista, gozar de una vida secreta es señal de riqueza vital, ya te digo! tener la enorme fortuna de contar con un mundo interior inmenso.
Reivindico y padezco mi derecho a tener esa parcela privada y secreta, sólo mía, que sólo a mí me pertenece, y a la vez me pregunto hasta que punto es posible mantenerla en el mas absoluto de los secretos. Me explico, cuando decimos secreta, ¿qué estamos diciendo exactamente?, ¿que sólo nosotros la conocemos o que se la ocultamos a los mas cercanos? Porque vaya, que yo sepa todos somos seres sociales que interactuamos con nuestro entorno (usease, con otras personas y demás animales de compañía), que mola mucho la idea esa de
“No, es que yo tengo mi propio mundo interior”, jódete lorito, tú lo que estás es como un puto cencerro que habita en el mundo de yupi, vamos que no me veo yo diciendo cuando me pregunten
“Oye, ¿qué has hecho este fin de semana?” “Pues nada, he estado interactuando conmigo misma, en mi vida secreta”.
Pues eso, dudo yo de esa quimera
flower power de vida secreta, como si pudiéramos tener una vida secreta en la que sólo participamos nosotros, o un mundo de un solo habitante. Vamos, que yo recuerde para lo mas básico que podamos pensar hace falta al menos una abeja y una flor, o en términos modernos un
pendrive y una entrada
usb. El que diga que sí, es porque tiene una
vida secreta astral, es decir, o viaja en sueños (léase imaginación, fantasía, etc) o se refieren a momentos de soledad, abstracción, el no va más, una vida secreta mental. Pero una vida secreta de las de verdad, de las auténticas, ea, vivida en cuerpo y alma; de secreta
nanai de la china, en todo caso “de pronóstico reservado” (a unos cuantos elegidos, claro), una realidad oculta.
Entonces, hablamos de otra cosa, ¿no? En plata. Hablamos de secreto para ocultar algo a personas que nos importan, sean padres, parejas, amigos o personas del entorno de trabajo. Y existe. Y no tiene por que ser insano. Abandonar parcialmente esa “vida oficial” y vivir esa otra vida paralela, en la que pareces otra persona, pero eres el mismo, porque forma parte de ti.
Hoy en día, es difícil guardar ciertos secretos. Podemos entrar en los e-mails o sms´s de nuestras parejas igual que antes se abrían las cartas con el vapor de la olla. Sin embargo, muchas veces convivimos con alguien sin saber lo que piensa, lo que desea, siendo todo un misterio esa otra vida secreta. Eso no es bueno ni malo, salvo que la pérdida de confianza, la incomunicación, el desamor, empiecen a asomar por las miradas, los gestos y los silencios de los protagonistas.
El secreto, que en ocasiones puede llegar a constituir una experiencia de relación entre las personas por ejemplo cuando confías un secreto íntimo al otro o viceversa, también a veces puede resultar una experiencia perturbadora si de repente te recorre un estremecimiento de asombro, si una extraña sensación de misterio te domina; ¿cómo este ser humano al que conozco tan bien y del que me siento más cerca que de nadie, está, sin embargo, tan radicalmente separado de mí?.
Puessssssssss, es fácil y muy simple:
Jamás dos personas podrán estar completamente abiertas la una a la otra.
Tampoco es aconsejable.
Eres dueño de tus silencios y esclavo de tus palabras
^-^